domingo, 17 de abril de 2016

CONCEPTO DE MICROFISICA DEL PODER por MICHEL FOUCAULT

La noción de poder par Foucault no es un elemento que se adquiera, el poder se ejerce en relaciones no igualitarias. Está presente en todos los ámbitos de las sociedades, no hay zonas sin poder. El poder tiene una capacidad gigantesca. En este sentido, se sostiene que toda la sociedad es un complejo de relaciones de poder.

“[…] el poder está en todas partes; no es que lo englobe todo, sino que viene de todas partes [...] El poder no es una institución, y no es una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada.”17

La concepción de poder de Foucault va desde abajo hacia arriba y en todas las dirección, pues no existe una estructura general que permita dar cuenta de todas las relaciones de poder que existen. Lo que ocurre son fuerzas que se conjugan en una determinada sociedad que deben ser analizadas. Por ello, el objetivo del filósofo francés es:

“[…] asirlo en sus formas e instituciones más regionales, más locales, sobre todo allí donde, saltando por encima de las reglas de derecho que lo organizan y lo delimitan, se extiende más allá de ellas, se inviste en instituciones, adopta la forma de técnicas y promociona instrumentos de intervención material.”18

Foucault sostiene que las relaciones de poder son inherentes a otras formas de relacionarse como son por razones económicas, políticas, religiosas, etc. Este tipo de relaciones son el efecto de las asimetrías entre los sujetos en todas las rejillas de la sociedad. Este tipo de poder propuesto por Foucault siempre está asociado a una relación dual, en donde uno ejerce poder sobre otro, por ejemplo, el cura con el confesado, el maestro con el estudiante, el policía con el delincuente. Por ende, la noción de poder de Foucault no es la del Estado soberano que ejerce sobre el pueblo es más bien “[…] más bien el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina”.19.

En este sentido, Foucault nos propone entender que los cimientos del poder son interesados y lo son pues su naturaleza así lo exige. Él distingue entre poder y mecanismos de poder –o de control– lo que puede comprender como verdad y efecto de verdad. Asistimos a una exégesis sobre el poder en todos sus planos y en especial en lo psicológico y simbólico del mismo. De lo que nunca puede el hombre escapar es del poder y su vástago, nos dirá Foucault.

En definitiva, el poder no es detentado por una clase y ha de concebirse como un conjunto de maniobras, tácticas o técnicas que componen su estrategia, el poder atraviesa las instituciones y los aparatos estatales, pero su multiplicidad no se agota en éstos, ya que recorre todo el cuerpo social. Foucault sugiere un modelo relacional de comprensión del poder, materializado en un campo de fuerzas sin finalidad identificable.

Para Foucault "es preciso dejar de describir siempre los efectos del poder en términos negativos: ‘excluye’, ‘reprime’, ‘rehúsa’, ‘abstrae’, ‘encubre’, ‘oculta’, ‘censura’. En efecto, el poder produce, produce lo real, produce campos de objetos y rituales de verdad…".20

Según Foucault el poder produce. Es, pues, una técnica. Ahora bien, ¿cómo produce el poder? El poder es el ejercicio del poder. Es decir, una multiplicidad de dispositivos, organismos, artificios, funciones, tácticas, mecanismos.

De este modo tenemos que el discurso de Foucault sobre el poder es fiel reflejo de su noción a-política del poder pero que sí tiene -al final de su recorrido- una repercusión política en lo social (no podría no tenerlo), pues en Foucault el poder se genera, como se ha visto, desde la relación social como una genealogía y como topografía pues cada espacio, cada ámbito de lo social está determinado por el poder en sus más invisibles fibrosidades. De ahí que el microscopio foucaultiano penetre, atisbe, irrumpa con inusitada fuerza sobre esta noción, y de la que sólo tenemos noticia a través del acto político

El poder sería poder de Estado, estaría localizado en el aparato de Estado, hasta el extremo de que incluso los poderes “privados” sólo tendrían una aparente dispersión y seguirían siendo aparatos de Estado especiales.

Así para Foucault, y como lo hace ver Deleuze, el poder sería el poder no es tanto una propiedad como una estrategia, y sus efectos no son atribuibles a una apropiación, sino a disposiciones, maniobras, tácticas, técnicas, funcionamientos; se ejerce más que se posee no es el privilegio adquirido o conservado de la clase dominante, sino el efecto de conjunto de sus posiciones estratégicas. Por supuesto, este nuevo funcionalismo, este análisis funcional no niega la existencia de las clases y de sus luchas, sino que construye una 'entidad' completamente distinta, con otros métodos que aquellos a los que la historia tradicional, incluso la marxista, nos tenía acostumbrados: “innumerables puntos de enfrentamiento, núcleos de inestabilidad cada uno de los cuales implica riesgos de conflicto, de luchas, y de relaciones de fuerza”. En resumen, el poder carece de homogeneidad, pero se define por las singularidades, los puntos singulares por los que pasa. Foucault muestra, por el contrario, que el estado aparece como un efecto de conjunto o una resultante de una multiplicidad de engranajes y de núcleos que se sitúan a un nivel completamente distinto, y que constituyen de por sí una “microfisíca de poder”.

Precisamente porque es un tipo de poder, una tecnología, que atraviesa todo tipo de aparatos y de instituciones a fin de unirlos, prolongarlos, hacer que converjan, hacer que se manifiesten de una nueva manera. Véanse si no unas piezas o engranajes particulares, la policía y la prisión, tan características del aparato del Estado: “Si la policía como institución ha sido claramente organizada bajo la forma de un aparato de Estado, si ha sido incorporada al centro de la soberanía política, el tipo de poder que ejerce, los mecanismos que emplea y los elementos a los que los aplica son específicos”, se encargan de introducir la disciplina en el detalle efímero de un campo social, poniendo así de manifiesto una amplia independencia con relación al aparato judicial e incluso político. Con mayor motivo, la prisión no tiene su origen en las “estructuras jurídico políticas de una sociedad”: es todo un error hacerla depender de una evolución del derecho, aunque sea el derecho penal. En tanto que gestiona el castigo, la prisión también dispone de una autonomía que le es necesaria, pone a su vez de manifiesto un “suplemento disciplinario” que excede un aparato de Estado, incluso cuando es utilizado por él. En resumen, el funcionamiento de Foucault se corresponde con una topología moderna que ya no asigna un lugar privilegiado como origen de poder, que ya no puede aceptar una localización puntual. Se señalará que “local” tiene dos sentidos muy diferentes: el poder es local puesto que nunca es global, pero no es local o localizable puesto que es difuso.

7 comentarios:

  1. muy esclarecedor tu resumen, gracias

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  2. Hola ,necesito que alguien me explique con sus palabras este resumen!!!, por favor

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  3. Este documento es una excelente introducción a la lógica foucaultiana. Hoy este concepto, lo utilizo para pensar el ejercicio del poder en el discurso nacional populista y su alianza con el narco tráfico. Gracias Dra Luz de Pascoe

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